Por Pablo Codesido
Sin duda alguna vamos a hablar de las que quizá sean causas más frecuentes de dolor en el codo. Por su nombre está claro la relación tan directa que tienen con el deporte. El codo es una de las articulaciones que más trabajan en el SUP, comprender como lo hace podrá llevaros a entender en qué consisten estas patologías y el dolor tan molesto que traen consigo.
En realidad los nombres técnicos correctos para estas afecciones son epicondilitis (codo de tenista) y epitrocleitis (codo de golfista). Un poco de anatomía. Para no liaros demasiado os muestro un dibujo de los huesos de la articulación del codo (húmero, radio, cúbito). La parte distal del húmero tiene dos prominencias óseas importantes llamadas epicóndilo y epitróclea.
El grupo de músculos extensores del antebrazo y muñeca se insertan en el epicóndilo mientras que los grupos de músculos flexores lo hacen en la epitróclea. Si ponéis vuestro antebrazo con la palma de la mano hacia arriba y dobláis la muñeca veréis como se mueve el grupo flexor. Si hacemos lo contrario y ponemos la palma hacia abajo, y llevamos los dedos y la muñeca hacia arriba, entonces veremos el grupo extensor. Son músculos que también trabajan en la prono-supinación, que viene a querer decir “cuando se rota la muñeca, antebrazo y codo”. Es más sencillo verlo que contarlo. Pero en seguida os daréis cuenta de que cuando agarramos el remo tanto en las fases de entrada y salida del agua, estamos utilizando estos músculos con mucha frecuencia. La mano en el pomo del remo sitúa la palma hacia abajo, cuando sacamos el remo del agua estamos usando músculos extensores con mucha potencia, pero cuando damos una remada potente los flexores entran a trabajar con mucha dureza aunque ambos grupos se contraen en ambos movimientos. Incluso el brazo que colocamos en la pértiga hace grandes esfuerzos con estos grupos musculares. Una remada explosiva en sprint, al intentar coger una ola o una sobrecarga importante tras una remada de larga distancia, pueden provocar lesiones, como veremos, en la inserción de estos tendones…y ahí empieza todo.
El codo transmite grandes fuerzas a través de sus grupos musculares asociados
Los términos codo de tenista y golfista se acuñaron ya en el siglo XIX por su estrecha relación con estos deportes, podéis probar a hacer “un revés” con la raqueta por poner un ejemplo. De todas formas son lesiones que se pueden dar en otros deportes o actividades laborales…apretar un tornillo puede ser tan lesivo como ese “revés”. Parece que la lesión comienza con un microarrancamiento de la inserción en el codo del músculo 2º radial (extensor corto radial del carpo). A partir de ahí los movimientos repetitivos de extensión de la muñeca y supinación del antebrazo ocasionan microrroturas fibrilares y una reparación inadecuada a nivel de los tendones de los músculos que se originan en la región del epicóndilo. En la epitrocleitis se produce un mecanismo similar. Y entonces aparece el dolor, primero agudo, pero luego crónico pues seguimos con cierta actividad ya que muchas veces nos desespera el tener que parar nuestro ejercicio por algo que nos parece banal.
Y entonces llegamos a la parte del tratamiento. ¨Me quiero curar, pero quiero entrenar¨. Yo suelo decir que nuestra principal medicina en casos como estos somos nosotros mismos. Pensad que si hay una microrrotura, entonces tenemos que darle un tiempo a nuestro codo para que se autorrepare, y ese tiempo es muy variable dependiendo de múltiples factores de nuestra vida: metabolismo, trabajo, stress, familia…Lo que os quiero decir es que lo primero es el descanso y reposo de la región afectada, eso es fundamental. Los antiinflamatorios os pueden ayudar en la fase aguda, pero curiosamente se ha demostrado que en la fase crónica la reacción inflamatoria es poca y lo que más aparece es fibrosis, es decir algo así como cicatrices internas, pudiendo incluso verse calcificaciones.
A veces el dolor es muy intenso y se recurre a las infiltraciones con corticoides que no dejan de ser unos antiinflamatorios muy potentes. Ojo con las leyendas urbanas, no es que sean infiltraciones “malas”, el problema es que los corticoides aplicados de forma repetitiva pueden tener un efecto dañino sobre el tejido colágeno de los tendones, por eso deben ser bien indicadas por un profesional. Hoy en día usamos otro tipo de infiltraciones, los denominados “factores de crecimiento derivados de las plaquetas”, que en realidad es un concentrado de proteínas que favorecen la reparación de la lesión. En estudios recientes han demostrado mejorar el dolor y la capacidad funcional.
Pero sin duda alguna la estrella del tratamiento sigue siendo la modificación de actividades que provocan la lesión. ¿Quiere decir esto que debo de dejar de hacer SUP? No, pero sí asesorarte con tu médico y posteriormente, por indicación de éste, con tu fisioterapeuta para intentar realizar una reeducación muscular adecuada.
Las coderas o cinchas para epicondilitis os pueden ser útiles para variar la palanca de acción de los músculos afectados. Se han utilizado muchos otros tratamientos con diferente eficacia: ultrasonidos, electroestimulación, toxina botulinica,….en fin, para mí vale el que tiene cierta validez científica aunque a veces siempre digo eso de que “si te funciona y no hace daño pues hazlo”. En raras ocasiones se necesita tratamiento quirúrgico pero existen técnicas para intentar remitir los síntomas.
Estudios muy importantes de Medicina basada en la evidencia han llegado a la conclusión de que lo más efectivo es la política de modificación de actividades diarias y esperar y ver, ya que la curación suele ser espontánea, de repente pasa dejándonos a todos un tanto perplejos. De todas formas decirle a un deportista que deje su deporte favorito y espere semanas es algo realmente difícil, puesto que algunos se ganan la vida así o simplemente lo necesitan en su actividad diaria, de ahí que utilicemos los tratamientos de los que hemos hablado y que son efectivos en muchos casos.
La prevención como siempre es fundamental. La fase del calentamiento, estiramientos, potenciación muscular y técnica de remada siempre deben estar presentes en la rutina diaria de un practicante asiduo de SUP. Por último deciros como siempre que acudáis al médico en caso de dolor en el codo, no todos estas molestias son epicondilitis o epitrocleítis. Un buen diagnóstico inicial sin tratamientos a lo loco van a ser la clave del éxito futuro.
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